mi ciudad no deja de tocarme
con sus largos dedos
de hablarme locamente
de cubrirme con sus angustias sus miedos
nuestros fantasmas
no te entiendo le grito mientras la aparto con rabia
pero con ello no detengo su presencia sus palabras
en mi vida
si pudiese alejarme de ella
irme a otro país
aun así
vería sus ojos en cada rincón
rezaría todos los días una plegaria por ella
para que sea feliz hallé la paz
No hay comentarios.:
Publicar un comentario